Hola, buenas tardes, soy José Luis Díaz, y responderé a una pregunta muy frecuente que me plantean por lo general en la primera sesión… ¿por qué si hago todo lo que dice mi médico, nutriólogo o mi profesional de la salud, no sano o mejoro muy poco?
Bueno, aquí hay que hacer una distinción muy importante para que no nos andemos confundiendo, una cosa son los cambios de hábitos físicos y otra los cambios mentales.
En los cambios de hábitos físicos, nosotros tenemos cierto control, con motivación, fuerza de voluntad y así superar ese mal hábitos que queremos dejar atrás, hasta ahí vamos bien, todo perfecto es lo que nos han enseñado, “si no duele no sirve”, “es complicado, pero se puede”, “hay que echarle fuerza de voluntad y mucho carácter”, etc., etc. Sin embargo, no es un cambio real, solo es el cambio por encima, que con el tiempo va a volver a ser lo que era antes, al menos inconscientemente.
El otro cambio… el mental, el del inconsciente, ese es el que no les gusta a muchos, o no nos gusta a muchos. Sin embargo, si de verdad quieres sanar, hay que hacerlo, hay que cambiar esos procesos mentales esas programaciones, por decirlo de alguna manera, que hacen que sigas enfermo.
Claro nuestros procesos o programaciones mentales de antes y que persisten en este momento, es lo que nos llevó al estado en el que nos encontramos en este momento, de nada sirve un cambio temporal o por encima, para que no vuelva a ocurrir hay que tener un cambio de fondo, desde los cimientos, ver cómo está el terreno y de ahí empezar a transformar nuestras vidas, el cambio debe ser desde el inconsciente que es el que nos llevó a donde estamos, todos esos traumas, malos pensamientos, ideas, formas de ver la vida que nos metieron en la infancia, la adolescencia y gran parte de la vida adulta, con mensajes, películas, programas que vemos, que dio como resultado lo que somos y las enfermedades que tenemos en estos momentos, son los que tenemos que modificar, esos procesos mentales tienen impacto en nuestro cuerpo físico generando enfermedades que a veces no se pueden controlar solo con medicamentos o una buena dieta.
Pondré un ejemplo, muy común que veo en la consulta:
Una persona “X” acude porque quiere bajar de peso… para lo cual ha acudido a infinidad de dietas y ha hecho ayunos intermitentes que son los que ella dice que le han ayudado. Todo parece correcto, la han atendido profesionales de la salud y le han dado las indicaciones correctas, sin embargo, si no corta con el patrón emocional que le dio el sobre peso y la obesidad no faltará mucho tiempo que si no se expresa esa emoción en forma de obesidad se le expresará de otra forma, en otro tipo de enfermedad, que para ella será incomprensible y sin explicación médica.
De ahí la importancia de cambiar para recibir los nuevos hábitos y sobre todo que no haya rebote ni se enmascaren otras enfermedades.
Por lo que mi consejo es que ese cambio de hábitos conscientes acompáñelos con cambios de hábitos inconscientes, o lo que es lo mismo, acudan a su médico, nutriólogo, coach, entrenador personal o como le llamen a su profesional de salud, y súmenle a ello un profesional de la salud mental que les ayude a superar esas emociones atrapadas que los llevaron a enfermarse.
El objetivo de este articulo no es tratar sobre este tipo de emociones, es solo ponerlas en el mapa y que sepan que existen, que no se espanten de los rebotes o porque a lo mejor no les funciona algún tipo de tratamiento médico o nutriológico, esa puede ser una de las causas, habrá que investigarlas e irlas sacando y liberando para que recuperen más rápido la salud.
Bueno espero les haya servido esta información.
Me despido, cuídense mucho.
Y… hasta que la red nos una o la ciudad nos encuentre… lo que suceda primero.
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